En Castilla y León, el lucio ha colonizado aguas de la cuenca del Duero y todavía no ha llegado al resto de las cuencas. Los primeros datos de su presencia en esta Región son de los años 50, cuando se realizaron (al parecer, sin éxito) intentos de aclimatación en Valladolid (Duero, Pisuerga y Eresma) y Avila (emb. El Burguillo) (35). En 1964, aparecieron lucios, en el embalse de Ricobayo, desde donde se expandieron rápidamente por la subcuenca del Esla (Tera, Eria, Tuerto, Orbigo, Bernesga, Porma, Cea) alcanzando tramos trucheros de gran productividad. Posteriormente llegaron al tramo zamorano del río Duero, así como a los ríos Guareña, Valderaduey y Aliste. A principios de los años 80, fueron soltados ilegalmente algunos ejemplares en los cotos del río Tormes y en tan sólo diez años colonizaron las aguas situadas por debajo de la presa de Santa Teresa: Almar, Gamo, emb. de Almendra.
A finales de los años 90 ya estaba presente en los ríos Pisuerga, Arlanzón, Riaza, así como en el Canal de Castilla y actualmente, se encuentra bien distribuido por los cursos de agua y los canales de riego de la provincia de Valladolid, así como en el tramo bajo del río Carrión y en la desembocadura del Arlanza. En 1998, aparecieron lucios en una laguna de Fuenteguinaldo (Salamanca), tras unas fuertes crecidas, llegaron hasta el río Águeda y en estos momentos es muy abundante en el tramo medio-bajo de este río. Recientemente, ya se han pescado lucios en el embalse de Fuentes Claras (río Adaja, Avila) y en algunas lagunas de la comarca de Vitigudino (Salamanca).
La expansión de los lucios en las aguas recién colonizadas se produce muy rápidamente, aprovechando la abundancia de alimento. Posteriormente, en los Lucio Esox lucius tramos ocupados por esta especie, se observa una clara disminución de las poblaciones de peces autóctonos, habiendo provocado -hasta el momentoextinciones locales de ciprínidos de los géneros Chondrostoma y Squalius en varios tramos de los ríos Esla, Tormes, Duero y sus correspondientes afluentes en León, Zamora, Salamanca y Valladolid. En algunos de estos cursos de agua, como en el río Tormes, se ha constatado igualmente una drástica disminución de las poblaciones de barbos, que han quedado muy envejecidas y formadas casi exclusivamente por grandes ejemplares.
La Consejería de Medio Ambiente efectúa periódicamente campañas para disminuir la densidad de esta especie en cotos trucheros, mediante el uso de equipos de pesca eléctrica. Puesto que la eliminación total de la especie parece tarea imposible, es conveniente evitar su llegada a nuevas áreas, ya que la presencia del lucio ha demostrado ser particularmente nociva al provocar un empobrecimiento de los ecosistemas acuáticos por la desaparición de las especies endémicas e, indirectamente (con la llegada de ciprínidos exóticos), un cambio total en las comunidades de peces de estos tramos.